El bienestar animal. Uno de nuestros más valiosos compromisos


El bienestar animal. Uno de nuestros más valiosos compromisos
18 septiembre 2018

Las cinco libertades que tiene que garantizar una granja para sus animales

Os hablamos aquí del cuidado de lo más importante de nuestra granja: nuestros animales

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¿Qué es el bienestar animal?
 

Las condiciones de los animales objeto de explotación en las granjas ha variado enormemente en paralelo a la concienciación y sensibilización de la sociedad a este aspecto.
 
Todos hemos sido testigos de espeluznantes imágenes de animales hacinados, sin espacio para moverse, o con inhumanas laceraciones y heridas producto de los experimentos a los que se ven sometido (y no hablamos exclusivamente de los animales objeto de experimentación, si no también a las modificaciones a las que se ven sometidos algunos para maximizar su capacidad de producción).
 
El bienestar animal en plenitud; nuestras vacas disfrutando del aire libre

Esta forma cruel de explotación y vejación tiene las horas contadas, y es demencial que, aun existiendo una normativa que regula el bienestar animal desde hace casi 20 años, en conjunción con el Tratado de Amsterdam de 1999 en el que ya se considera a los animales como seres sensibles y capaces de sentir dolor, escenas como las destapadas por el programa Salvados sobre las pésimas condiciones en las que sobreviven estos animales sean el pan de cada día.
 
El bienestar animal se consigue garantizando cinco pilares fundamenteales a los animales que se usan, siempre que sea absolutamente necesario (por ejemplo, arar con animales ya no lo es, en pleno 2018), como método de alimentación y/o producción de alimentos, entre otras (vestimenta, entretenimiento, experimentación...).

Así, los animales usados en una granja deben:
  • Estar debidamente alimentados
  • Estar cómodos. Libres de estrés, tanto físico como térmico, deben tener a su disposición un ambiente adecuado, un refugio contra el clima y una zona de descanso amplia y cómoda.
  • Vivir libres de dolor, lesiones y enfermedades. Dicho de otra manera, deben estar asistidos y controlados permanentemente, además de realizar con ellos una labor de prevención, diagnóstico y tratamiento rápidas y efectivas.
  • Ser libres para expresarse de manera natural, acorde a su naturaleza. Esto se garantiza con espacio, infraestructura y convivencia con los de su especie, así como con los cuidados adecuados y los conocimientos, por parte de los encargados de su cuidado, de las pecularidades del animal.
  • Vivir sin miedo ni distrés. De todo lo anterior se infiere que se garantizan las condiciones necesarias para que el animal viva sin ningún tipo de sufrimiento mental.
Podríamos definir estas cinco como las libertades mínimas del animal de granja, y en base a ellas se ha creado la legislación al respecto.
 
¡No todo va a ser trabajar! El bienestar animal también se traduce en un merecido descanso
 

Unas libertades con fisuras

Seguro que lo habéis pensado mientras las leíais... El bienestar animal queda definido por estas cinco libertades, que caen de cajón, pero...¿no son demasiado genéricas? Dejan demasiados resquicios por los que escaparse al referenciar conceptos dificilmente cuantificables, como el estrés, el poder expresarse de manera natural... y es por esto por lo que continuamente están siendo matizados, siendo una propuesta de las más importantes la que surgió del proyecto Welfare Quality.
 
Este, que define cuatro principios de bienestar animal (buena alimentación, alojamiento, salud y comportamient oadecuado), identifica además 12 criterios diferentes pero complementarios entre sí (por ejemplo: con respecto a la alimentación, la ausencia de hambre y sed prolongadas y el confort en relación al descanso). Los resultados de cada una de estas medidas se suman para obtener una puntuación final, entre 0 y 100, y se transmiten al consumidor.
 

El bienestar animal en Casa Grande de Xanceda
 

Como ya nos conocéis, sabéis que nosotros vamos más allá en el cuidado de nuestros animales, y nos preocupamos de tratarlas de la mejor forma posible.
 
Ellas son las que, con su leche, hacen que nos dejéis entrar en vuestras neveras con nuestros espectaculares productos ecológicos (¿habíais visto nuestras nuevas natillas de cacao ecológicas?), ¡por lo que les estamos muy agradecid@s! ¿Y no creéis que todo esto debe estar estrechamente relacionado? Estamos seguros de que todo nuestro cariño y amor por las vacas y el cuidado que les damos se ve reflejado en la calidad de la leche que dan, en una relación en la que todos ganan, pero aún más importante, una relación de igualdad en la que todas las partes están satisfechas.
 
Así, no solo no viven hacinadas, ni siquiera encerradas, si no que se pasan el día paciendo en nuestras más de 200 hectáreas de terreno, respirando aire fresco, bronceándose al sol y alimentándose de una hierba de la que pueden llegar a consumir hasta 70 kilos al día. No hay problema, pues cada una de ellas tienen un terreno de la extensión de un campo de fútbol para pacer. ¿No esta mal, eh?
 
ESTO es bienestar animal. Nuestra manera de tratar a nuestras vaquiñas, y los beneficios para ellas

Como ya hemos dejado claro, no solo es importante el alimentar a los animales, si no también lo que comen. Nuestros prados se fertilizan sin ningún tipo de substancia química, sólo con el compostaje producido en la granja. Además, a nuestras vacas lactantes, después de su jornada de ordeño, se les da una ración extra de comida rica en proteínas.
 
Es importante resaltar eso de vacas lactantes. Respetamos los ciclos de nuestras vaquiñas, y así, en los períodos de secado -cuando no dan leche- se pasan las 24 horas del día al aire libre, bien protegidas por nuestros queridos mastines guardaespaldas y nuestras alarmas en forma de burro. Todo lo aplicado a las vacas se debe hacer extensible a todo animal que veáis en nuestra granja ecológica, y nuestro ya mítico vacas mUuUy felices podría ser reconvertido en un animales muUuy felices. ¡Echad un vistazo a las fotos!
 
Lo que os decíamos... un merecido descanso para nuestras vaquiñas